Cuando el concurso de acreedores tiene culpables: el concurso culposo

Manejar una empresa puede ser tan gratificante como arriesgado. Ver el fruto del esfuerzo verse reflejado en nuevos clientes, en ganancias y diversificación del negocio puede, entre otras cosas, hacer que las personas asuman nuevos riesgos. Sin embargo, aquí es donde se adentran en territorio desconocido. Generalmente, se necesita de una gran inversión cuando se está intentando expandir el negocio, y para ello una de las formas más sencillas y confiables de conseguir un buen capital son los préstamos. Desafortunadamente, las inversiones pueden fallar, y las deudas se vuelven más y más grandes. Es por esto que existe el concurso de acreedores, con el cual existe una oportunidad de salvar el negocio.

El concurso acreedores es una herramienta jurídica que le permite a las empresas que se encuentran en aprietos económicos poder administrar sus deudas, y en otros casos incluso exonerarlas totalmente. Es por este motivo que, aunque es un beneficio que puede ser de mucha ayuda para cientos de empresas de todos los tamaños, también tiene bastantes restricciones, y al ser un proceso jurídico se pueden perseguir responsabilidades penales.

¿A qué se refiere el concurso culposo en el concurso de acreedores?

Los pasos de un concurso de acreedores no son demasiados, y en general con la ayuda de abogados especialistas en concurso de acreedores no suelen ser demasiado complejos. En términos generales, las fases de un concurso de acreedores se basa en presentar la documentación e iniciar el juicio, luego se negocia con los acreedores, para que después un administrador concursal reorganice las finanzas y la estructura administrativa de ser necesario, para subsanar las deudas. Finalmente, se da comienzo a la fase de calificación, donde se dicta la sentencia correspondiente en lo que se refiere a lo adeudado.

Es en la última etapa del proceso donde se buscan las responsabilidades correspondientes que llevaron a la empresa a caer en la situación de insolvencia en la que se encuentra, por lo tanto, se califica el concurso como doloso. En estos casos es que se deben determinar las acciones de los administradores, y si sus acciones u omisiones llevaron a la empresa a la situación en la que se encuentran y por la cual accedieron al concurso de acreedores.

Los delitos que se pueden cometer son los acuerdos abusivos o lesivos, tanto contra los socios, o para la sociedad en su conjunto, también el delito de vulneración de derechos de los socios involucrados, y por último la falsedad documental. Además, otras razones por las que el concurso puede ser calificado como culpable son por los siguientes motivos: doble contabilidad o irregularidad, alzamiento de los bienes en perjuicio de los acreedores, al igual que la salida fraudulenta de los bienes.

Finalmente, en términos generales, los casos en los que se califica como culposo un concurso de acreedores son pocos, y además deben ser realizados con dolo. Esto significa que las empresas, sean del tamaño que sean, deben estar cometiendo un fraude. De todas formas, siempre es necesario asesorarse con abogados especialistas en derecho concursal, quienes podrán guiar a los administradores a través de todas las fases del proceso, para que pueda tener una salida satisfactoria para la mayor parte de actores involucrados posible.