¿Quién se encarga de la empresa en un concurso de acreedores?

Ninguna empresa está libre de riesgos. Es una realidad a la que las empresas de todos los tamaños deben enfrentarse, desde las más pequeñas a las grandes corporaciones, con diferentes capitales y seguros asociados, claro, pero el riesgo persiste. Uno de los riesgos quizás más comunes dentro del negocio es adquirir demasiadas deudas, y luego no percibir el retorno suficiente como para solventarlas. Cuando en estos casos las situaciones se ponen más complejas, aparece como una opción el concurso de acreedores.

El derecho concursal, también conocido como el ya mencionado concurso de acreedores, es una herramienta de gran valor para las empresas, sobre todo a las de menor tamaño, ya que entre otras cosas existe la posibilidad de cancelar deudas. Esto además las eliminaría del registro social de deudores, y podrían comenzar una nueva etapa.

El papel del administrador concursal en un concurso de acreedores

A pesar de lo sencillo que pueda parecer acceder a un concurso de acreedores, en realidad es un poco más complejo de lo que se imagina, puesto que implica, además, un juicio y la constante vigilancia de los acreedores. Además, estos últimos pueden ser desde prestamistas bancarios hasta los mismos trabajadores en caso de que no se les haya estado pagando, o si también se les debe despedir de forma parcelada o masiva.

Entre las fases que involucran un concurso de acreedores se pueden contar la reestructuración, actos previos, la fase común y la posterior resolución y finalmente la calificación del concurso. En cada una de estas, desde que la empresa es declarada públicamente en concurso, puede participar una o más de una persona, y que adquieren gran relevancia a lo largo del proceso. Esta figura es la del administrador concursal.

Generalmente, un administrador concursal se encarga de velar porque el proceso se esté llevando a cabo de buena manera, y que las deudas estén siendo saldadas de manera justa. Sin embargo, otra función que pueden tener es que, mientras se encargan de lo anteriormente mencionado, también pueden asumir las responsabilidades de la empresa en las diferentes fases del concurso de acreedores. Por ejemplo, puede realizar una reestructuración de la empresa, con tal de reducir costos lo máximo posible, sin que esta siga perdiendo dinero. Además, esta figura es quien puede negociar las deudas con los acreedores y extender los periodos en los que se pueda pagar con el plan de pagos.

Los administradores concursales serán designados por el juez del caso, y también podrá ser solicitado su recambio a la autoridad, cuando tanto los antiguos administradores como los acreedores observen que el administrador no está satisfaciendo las necesidades de saldar las deudas, o también de que la empresa esté resolviendo todos sus problemas.

De cualquier forma, de un administrador concursal dependerá gran parte del destino de la empresa, aunque siempre tienen que tener en consideración para qué es que se abrió el concurso en primer lugar: la empresa presenta problemas económicos de insolvencia actual o inminente, y se debe hacer algo respecto de sus deudas. Ya fuera la solución, una cancelación deudas, o quizás la parcialización de los pagos en un plazo de tiempo fijo, los administradores concursales son las personas indicadas para el trabajo.