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El confinamiento, ¿causa de divorcios masivos?
La cuarentena social puede acabar afectando seriamente a la convivencia en la pareja, y en casos extremos al propio matrimonio. En China ya se ha producido una oleada de divorcios post-coronavirus. En España, con los Juzgados paralizados y sin poder salir apenas de casa, ¿cuándo es el momento de valorar la relación y tomar una decisión?
La pandemia de coronavirus y el confinamiento decretado por el Estado de Alarma han generado una situación de aislamiento social forzado en el hogar, y con ello para muchas personas una convivencia permanente con su pareja. No hablamos de diez o mil casos. Millones de parejas han pasado de verse poco tiempo a la semana por sus horarios laborales, en algunos casos incluso solo por la noche, a estar forzadas a estar juntas las 24 horas del día, todos los días, sin un hilo de aliento. Y el hogar en muchos casos ha dejado de ser un espacio de bienestar, calma y tranquilidad. Estados de ánimo que han sido sustituidos por inseguridad, apatía y tensión que pueden sacar a la luz conflictos que permanecían escondidos bajo una aparente normalidad en la pareja.
El confinamiento nos ha llevado a una situación desconocida para todos, ya que nos obliga a encontrarnos de repente ante la perspectiva de pasar, sin previo aviso, a un estado de reclusión cada muy restrictivo. Hemos perdido durante semanas la posibilidad de circular libremente o de desestresarnos quedando con los amigos o haciendo deporte. Aunque las medidas de desescalada empiezan a permitir cierta libertad para salir a la calle, hemos estado y estamos encerrados en un espacio limitado, acompañados en todo momento por nuestra familia, y sin referentes reales que nos sirvan para saber cómo comportarnos en este tipo de circunstancias.
Estrés familiar y confinamiento
Normalmente solemos pasar mucho tiempo fuera de casa. Y de repente, y sin previo aviso, nos han confinado en ella y nos han prohibido todos nuestros espacios sociales. Esto nos ha expuesto a un nivel de tensión muy alto, sin espacio para la fuga. La gente más prudente lo soportará, pero muchas personas están teniendo dificultades para contener sus emociones, pues significa una presión psicológica para la que no estamos preparados.
Esta situación se agrava si la convivencia no es entre dos personas, y la pareja tiene hijos u otros familiares a su cargo conviviendo en el mismo domicilio. En general una pareja va oscilando entre momentos de mutuo apoyo y otros de diferencias. Pero el confinamiento puede alterar ese equilibrio y que cosas antes insignificantes se conviertan ahora en desencuentros más profundos. Y con hijos u otros familiares el espacio para cada uno se reduce, el estrés aumenta y el equilibrio se hace cada vez más complicado.
Cruzando la línea roja: violencia doméstica
En medio de esa escalada de tensiones, el hogar puede convertirse en una olla a presión y en situaciones extremas aparecer la violencia doméstica, ya sea con la pareja o con los hijos, algo que puede ocurrir con más facilidad en parejas que ya están rotas o en las que existen conductas abusivas ante las que hay que extremar las precauciones. Ya estamos de hecho viviendo un repunte en este tipo de violencia. Y es que sometidas a una alta presión las personas pueden perder los nervios, y llegar a las manos o al insulto puede ser una solución fácil para liberar estrés, máxime cuando estando encerrados en el domicilio familiar las huellas de esa violencia física o psicológica son menos visibles de cara a otras personas.
En estos casos debemos ser claros y no dejar ningún tipo de dudas. Pese al Estado de Alarma y la paralización judicial, los Juzgados de Violencia de Género son de los pocos que han seguido funcionando con normalidad. Por ello, las víctimas deben activar el coraje y buscar apoyo exterior enseguida, y saber que cuentan con la colaboración de su entorno más cercano (vecinos o familiares) para dar aviso a las autoridades ante cualquier sospecha de maltrato en el hogar.
La fortaleza de las parejas, a prueba
No hay ninguna duda de que nos encontramos en una situación que puede suponer un riesgo para la convivencia y la estabilidad de muchas parejas. No en vano, los meses del año con más solicitudes de divorcio suelen coincidir con el regreso de las vacaciones de verano y Navidad. Es decir, cuando pasamos más tiempo con nuestra pareja sin las habituales válvulas de escape que tenemos en nuestra vida diaria. Y es que la convivencia es complicada y hay que saber llevarla.
Obviamente, en la gestión de los conflictos tendrá mucho que ver en qué situación se encuentra cada pareja. Algunas llegan a este aislamiento con la relación ya en crisis, otras en buen momento y sabrán llevarlo, y muchas otras ni se plantean si están bien o mal y la cuarentena será la que ponga a prueba la estabilidad de la pareja. No todo es negativo, por supuesto, y en algunos casos habrá sorpresas agradables. Los tiempos difíciles también sirven para que muchas parejas se percaten de que les unen lazos mucho más fuertes de lo que ellos mismos creían.
Pandemia… ¿de divorcios?
En Castillo Castrillón Abogados, como especialistas en Derecho De Familia, lo tenemos claro. No es el confinamiento por sí solo el que puede causar más divorcios, sino el agravamiento de conflictos preexistentes y a menudo ignorados en la pareja. Por eso abogamos por que las parejas trabajen en adaptar al momento actual las estrategias y mecanismos que ya tuvieran antes para afrontar y superar los roces intrínsecos habituales en cualquier convivencia, y que en situación de confinamiento pueden multiplicarse o exagerarse debido a la presión psicológica y emocional a la que nos vemos sometidos.
No obstante, tenemos claro que no todas las parejas van a poder superar esta situación manteniéndose unidas. Y en este caso sí tenemos un referente claro: China. Fue el primer país en padecer la pandemia y decretar el confinamiento de sus habitantes. Y también ha sido el primero en salir de esta situación y mostrarnos lo que puede suceder en España y muchos otros países. Al finalizar el confinamiento, los divorcios en China se dispararon hasta el punto de colapsar los Juzgados. Y como tantas otras cosas derivadas de esta pandemia, no parece que vaya a ser algo exclusivo de los asiáticos.
Quiero el divorcio, ¿Cuándo comunicarlo?
Así pues, ¿qué sucede si el confinamiento acaba de erosionar definitivamente nuestra relación de pareja y llegamos a la conclusión de que está rota?
Salvo en casos de urgente necesidad, donde exista una situación de peligro para algunos de los cónyuges o cualquier persona del núcleo familiar, para quienes los Juzgados de Violencia de Género siguen abiertos, en Castillo Castrillón Abogados consideramos que ahora no es un buen momento para comunicarle a la pareja que se quiere finalizar la relación.
En el actual escenario de confinamiento, comunicar la decisión de poner fin a una relación puede ocasionar mucho dolor y convertir la convivencia en insostenible, generando más ansiedad y conflictos. Debemos centrarnos en nosotros mismos y en que la situación es transitoria, y prepararnos mentalmente para la separación cuando finalice el estado de alarma en el que nos encontramos.
Será entonces momento entonces de decidir definitivamente si decidimos poner fin a la pareja o no, y en caso afirmativo de comunicárselo a la otra parte y acudir a un abogado que le asesore sobre su caso concreto. Cuando los Juzgados vuelvan a estar operativos y, con el confinamiento finalizado, una de las dos partes de la pareja pueda salir de la casa en la que están actualmente conviviendo, haciendo el divorcio menos traumático.
En CASTILLO CASTRILLÓN ABOGADOS somos especialistas en Derecho Civil y de Familia. En caso de tener cualquier duda o necesitar cualquier tipo de aclaración o información sobre esta o cualquier otra materia legal, puede contactarnos en el teléfono 24 horas 96 065 24 24 o de los diferentes métodos de contacto presentes en esta web, donde gustosamente le asesoraremos.